¿Te  estás planteando cambiar de vida, pero no sabes por dónde empezar ni qué pasos dar?

Las razones que llevan a las personas a desear dar un cambio radical a su vida son diferentes. En muchos casos el motor impulsor es una crisis después de pasar por una dura experiencia, o no se encuentran contentos con su estado actual, o hay cosas que no les satisfacen y que quisieran cambiar.  Cuando esta insatisfacción es más profunda llegan incluso a atravesar una crisis existencial, es decir, no le encuentran sentido a su vida y quieren darle un giro para sentirse más vivos, seguros, felices o tranquilos.

En otras ocasiones el deseo de cambio no proviene de una carencia, sino simplemente de la necesidad de potenciar determinadas capacidades o descubrir nuevos ámbitos de actuación. En estos casos no existe una insatisfacción de base, sino que la persona desea explorar nuevos caminos. Esta situación es bastante común en el ámbito laboral, cuando la persona decide que está preparada para afrentar nuevos retos que marquen un punto de inflexión en su vida.

No obstante, el deseo de cambiar de vida no siempre proviene del interior, a veces las circunstancias externas actúan como un catalizador y empujan a realizar una transformación radical. Una experiencia traumática, una enfermedad grave, la pérdida de un ser querido o los problemas económicos pueden dar pie a diferentes preguntas existenciales que generan el deseo de cambiar de vida.

¿Un cambio de vida radical siempre es lo que realmente necesitas?

Algunas personas, cuando las cosas no les van bien, piensan “necesito un cambio en mi vida”.

Hacer cambios es bueno, pero no siempre hay que cambiar radicalmente, como si esta fuera una solución mágica que hará desaparecer todas las dificultades. No importa si se trata solo de un problema de pareja o de trabajo, la frustración que genera esa situación es tan grande que la persona pierde la perspectiva y pretende solucionar una dificultad puntual acometiendo una reforma integral de su vida. Lo que suele suceder en estos casos es que el cambio es de tal envergadura y tiene tantas implicaciones que finalmente la persona se deja vencer y no cambia nada.

Sin embargo, el cambio por el cambio no es la solución más adecuada, es como cambiar de vaso cuando el problema radica en que el agua que estás bebiendo está contaminada. A veces los cambios drásticos no solo no eliminan las dificultades, sino que pueden acarrear nuevos problemas. Esto se debe a que a menudo tú mismo eres parte del problema y para solucionarlo no basta con cambiar de amistades, de trabajo o de ciudad, es necesario realizar un cambio interior mucho más profundo y escuchar tus necesidades internas para tomar las decisiones adecuadas.

Por eso, ante un problema, lo más sensato es analizar con calma la situación y planificar el cambio, preferentemente de manera gradual para que puedas sentirte lo más seguro y cómodo posible. En este sentido, una herramienta terapéutica muy valiosa es el coaching.

El coaching como herramienta de cambio vital

Hay ocasiones en que, al intentar cambiar, el miedo y la angustia se apoderan de nosotros, emociones que suelen conducir al inmovilismo y que pueden hacerte desistir de tu intento. En esos casos, el proceso de cambio llega a ser doloroso y hasta frustrante. Sin embargo, aunque cierta dosis de incertidumbre y ansiedad son perfectamente normales cuando se decide cambiar de vida, no es necesario que todo el proceso esté marcado por el estrés. A través del coaching podrás emprender estos cambios con mayor seguridad, de manera más rápida y, sobre todo, menos traumática.

El coaching es un proceso de acompañamiento a través del cual un psicólogo o coach actuará como guía para ayudarte a delimitar tus objetivos y alcanzarlos. El coach te ayudará a descubrir tus habilidades y potencialidades, aumentando tu autoconfianza y trabajando en un plan que te permitirá alcanzar tus metas, buscando siempre las estrategias más adecuadas para tu caso en específico.

Mediante el proceso de coaching no solo lograrás poner en práctica los cambios que deseas, sino que aprenderás a conocerte mejor y asumirás un mayor compromiso con las decisiones que realmente pueden cambiar tu vida. Por tanto, el coaching no solo te ayudará a encontrar la vía más sencilla para cambiar de vida, sino que también se convertirá en un camino al encuentro contigo mismo.

La rueda de la vida: Una técnica  de coaching para decidir qué se debe cambiar
La Rueda de la vida

La rueda de la vida es una herramienta visual que facilita la obtención de una visión gráfica de los aspectos que componen nuestra vida y el grado de satisfacción y equilibrio respecto a ellos.

Muchas personas son conscientes de que necesitan cambiar de vida, pero las buenas intenciones no son suficientes. Un cambio de vida también implica reflexión y planificación. Realizar pequeños cambios cotidianos, como el manejo de las finanzas o la organización de la agenda, no es demasiado complicado, pero cuando se trata de cambiar de vida, el asunto se complica porque es más difícil delimitar qué aspectos se deben cambiar y cuáles se pueden mantener.

Para lograr un cambio de vida trascendental es necesario plantearse determinados objetivos. En este sentido, existe una técnica muy sencilla que se aplica usualmente en las sesiones de coaching y que te puede ayudar a determinar qué áreas necesitan un cambio con urgencia y qué esferas se pueden conservar, se denomina: la rueda de la vida.

Con esta técnica podrás hacer un balance de tu vida en general y determinar con precisión cuán satisfecho estás y cuánto te falta aún por andar para llegar a la meta que te has propuesto. Todo lo que necesitarás es una hoja de papel y un lápiz.

  1. Dibuja en el centro de la hoja un gran círculo y divídelo en diferentes partes, tantas como esferas de tu vida quieras evaluar, como por ejemplo: la salud, las finanzas, el trabajo, la familia, la relación de pareja, el ocio, los amigos, el desarrollo personal… Coloca en cada porción el nombre de una de esas áreas.
  2. Evalúa en una escala del 1 al 10 cuán satisfecho te sientes con lo que has logrado en cada una de las esferas. Sin embargo, en vez de escribir un número, representa esa escala con puntos. Por ejemplo, el 10 estará en un punto exterior y el 1 en un punto interior, cercano al centro del círculo. Por tanto, mientras más al borde coloques el punto, más alta será tu satisfacción en esa esfera.
  3. Cuando hayas evaluado todas las esferas, une cada uno de los puntos. Ten en cuenta que la figura que aparezca tiene que ser lo más semejante a una rueda. Cuánto más regular y grande sea la rueda mejor estarás rodando por la vida. Si el resultado de esta unión es un círculo bastante semejante a la circunferencia exterior, no será necesario que hagas grandes transformaciones en tu vida. Al contrario, si el círculo interior es muy pequeño o tiene formas muy puntiagudas, es necesario que implementes cambios en algunas esferas.
  4. Este ejercicio te ayudará a ver dónde estás, y sobre qué áreas debes empezar a trabajar para equilibrar tu rueda, y por lo tanto tu vida. Elije una o dos áreas para implementar cambios. ¿Qué podrías hacer para mejorar en concreto esa área de tu vida? Establece objetivos concretos, realistas y mensurables.

Obviamente, para que esta técnica sea realmente eficaz y pueda orientarte en tu camino hacia el cambio, es importante que seas completamente sincero y que no recurras al autoengaño. Considera que ese momento de sinceridad te ayudará a encontrarle un nuevo sentido a tu vida y a poner en práctica los cambios que realmente necesitas.

Cinco claves imprescindibles para cambiar de vida y no fracasar en el intento

Si quieres cambiar de vida…

  1. Encontrar una razón suficientemente motivadora. Cambiar de vida es, en esencia, una cuestión de motivación. La única manera para generar un cambio verdadero que perdure a lo largo del tiempo, sin desfallecer a lo largo del camino, consiste en hallar un motivo lo suficientemente poderoso como para que guíe tus pasos. Cambiar de vida porque otros a tu alrededor lo han hecho o porque alguien te lo ha pedido no suele ser un motivo bastante movilizador, el cambio debe provenir de una necesidad interna. Un motivo intrínseco te permitirá mantenerte en el camino que has trazado y alcanzar tus metas pero una razón externa puede conducirte por derroteros inapropiados que terminen generando frustración. Por eso, antes de dar el primer paso, es importante que bucees en tu interior y te cerciores de que estás cambiando por el motivo adecuado.
  2. Tomar la decisión de cambiar. Puede parecer una verdad de Perogrullo, pero hay personas que quieren cambiar su vida, pero no quieren cambiar ellas mismas. No se trata de un juego de palabras, sino de que el cambio siempre implica transformaciones a nivel personal y a menudo demanda renuncias que pueden llegar a ser dolorosas. Por esa razón, muchas personas no se atreven a dar el paso que las conduce al cambio y terminan atrapadas en un círculo vicioso matizado por continuas lamentaciones y la sensación de desencanto. Y es que no basta con el deseo de cambiar de vida, es necesario asumir el compromiso con el cambio y empezar a tomar decisiones.

Si realmente quieres un cambio de vida tendrás que tomar una decisión auténtica, lo cual significa que deberás comprometerte con alcanzar la meta que te has propuesto, sin poner excusas que dilaten el cambio. Tu vida puede cambiar a partir de una sola decisión, pero es importante que seas consecuente con esta y que pongas en práctica las acciones necesarias.

  1. Concentrarse en el cambio. Cuando un tirador quiere acertar en la diana, concentra su atención en el centro de esta, no en la parte más externa. Se trata de una cuestión de sentido común. Sin embargo, en la vida cotidiana muchas personas pasan demasiado tiempo concentradas en lo que no quieren, en vez de focalizarse en lo que realmente quieren conseguir. Por eso, si quieres cambiar de vida, es imprescindible que aprendas a concentrarte en el punto al que deseas llegar.

En este sentido, mientras más específicos sean tus objetivos, mejor podrán conducirte por el camino adecuado ya que no solo te permitirán mantenerte focalizado sino también motivado.

Para lograr cambios estables es necesario fijarse retos concretos, que se puedan medir. De hecho, muchas personas no logran cambiar simplemente porque no son capaces de plantearse objetivos que las puedan guiar a lo largo del camino. Por ejemplo, “adoptar un estilo de vida más saludable” es solo un propósito que debe dar paso a una serie de objetivos concretos, como puede ser: “practicar deporte tres veces a la semana”.

  1. Dar un paso a la vez. Aunque el objetivo final sea cambiar de vida, esto no significa que tengas que lanzarte al vacío sin paracaídas. De hecho, los cambios paulatinos son menos traumáticos ya que no encierran ese miedo a dar un paso en falso y permiten mantener bajo control la incertidumbre que generalmente representa lo desconocido. Como norma, la mejor estrategia no consiste en cortar por completo los hilos que te atan a tu vida pasada sino en ir dando pequeños pasos que te acerquen cada vez más a tu objetivo final.

El secreto radica en focalizarse en pequeñas metas que te permiten avanzar y, mientras lo haces, mirar atrás y sentir satisfacción por el camino recorrido. Considera que centrarse en metas demasiado ambiciosas puede llegar a ser muy agobiante, pues a menudo estas generan la sensación de que son inalcanzables, por lo que la desmotivación no tarda en aparecer. Como resultado, creerás que no eres capaz de alcanzar el objetivo que te has planteado, cuando en realidad el problema radica en que no has sabido estructurar adecuadamente el camino.

  1. Buscar nuevas soluciones. Albert Einstein afirmó “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. De hecho, a menudo las personas que quieren cambiar de vida se ven atrapadas en la tela de araña de sus propios hábitos, los cuales son tan fuertes que, aunque cambien de trabajo, pareja o incluso de ciudad, vuelven a la superficie haciendo que reaparezcan viejas problemáticas. Por eso, un cambio sólido a lo largo del tiempo implica encontrar nuevas soluciones y, sobre todo, poner en práctica comportamientos diferentes. En este punto, es necesario pasar por encima de los estereotipos y dejar atrás muchas creencias limitantes, abrir la mente y crear nuevos patrones de conducta. Al principio puede ser complicado y es necesario esforzarse pero la buena noticia es que cuando pones en práctica nuevos patrones de comportamiento, el cerebro termina por acostumbrarse y creas hábitos mucho más saludables y satisfactorios que se mantendrán a lo largo de los próximos años.
 ¿A quién acudir?

Si necesitas cambiar de vida un proceso de coaching puede ser lo más adecuado cuando quieres empezar a tomar decisiones y planificar la hoja de ruta para que el cambio de vida sea positivo.

Puedo ayudarte, Eevaluanado dónde estas, a dónde te quieres dirigir y los pasos que tienes que dar para hacer los cambios que necesitas en tu vida. Y por supuesto te acompañaré y te apoyaré en el proceso.

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