Por algún motivo que no alcanzo a comprender, las mujeres tenemos una gran autoexigencia con nosotras mismas, queremos llegar a todo sin cometer ni un solo error.

El retrato de una autoexigente es alguien cuyo diálogo interior la dice constantemente que lo que sea que está realizando, pensando o programando, podría estar mejor. La búsqueda de la excelencia en todo lo que hacemos se traduce en tareas que se alargan una eternidad, proyectos que se complican inútilmente, repasos de los repasos…. ¿Os suena? ¿Eres de esas mujeres que vives con auto exigencia? Pidiéndote cada día más y más. ¿Alguna vez te ha pasado que has sido muy injusta contigo misma?

El otro día en una sesión una clienta me dijo: “al soltar la auto exigencia conmigo misma mejoró la relación con mi pareja”

¿Qué es la autoexigencia?

La autoexigencia es una actitud crítica con nosotras mismas, es el control que queremos ejercer sobre la vida para vivir sintiendo que todo va como deseamos y esperamos.
Cumplir con lo que creemos que debería ser para que los demás nos quieran, nos respeten, nos entiendan.
No permitirnos fallar.
Querer que todos se comporten como nosotras creemos que es correcto.
No darnos permiso para estar tristes, no tener ganas de hacer nada o lo que es peor, no permitirnos disfrutar.                    Aparentar ser fuertes y rechazar la vulnerabilidad.                                                                                                                        Proyectar la imagen de mujer perfecta que alcanza todo lo que se propone, pero, y aquí está la buena noticia,  bien gestionada nos ayuda a mejorar y a crecer como personas. 

¿Qué hay detrás de la autoexigencia?

Miedo. Miedo a no cubrir expectativas, a no tener control sobre nuestras emociones, a no querer salir de nuestra zona de confort, a ser juzgadas, y sobre todo, miedo a nosotras mismas, porque hagamos lo que hagamos, no será suficiente. Cuando lo cierto es que: 

La vida no la podemos controlar, no siempre va como a no gustaría.
Es inevitable que después de una larga jornada de trabajo todo estñe hecho un desastre (según nuestro prisma claro).
A veces no tengamos ganas de arreglarnos para hacer como si nada pasará. Estamos triste, sí, y qué.
Hay días en los que cumplir el plan que nos hemos puesto es misión imposible.

El coaching es una poderosa herramienta para devolvernos a la realidad, si es que nuestra autoexigencia nos está alejando de la misma. A través de preguntas que nos sirvan de espejo, podemos ver cómo estamos articulando nuestra arquitectura interior, si nuestro diálogo es constructivo, o si nos machacamos gratuitamente.

¿Cómo aliarnos con la autoexigencia propia?

.- Dedica tiempo a reflexionar sobre qué es lo que te empuja a exigirte tanto. No necesitas demostrar nada a nadie, ni siquiera a ti misma. Ya eres y tienes tu lugar en esta vida.
.- Acepta que tú y todas sentimos miedo. Nos asusta la vida. Observa ese miedo para aprender de él, reconoce lo que viene a decirte y suéltalo.
.- Cuídate y date amor a ti misma. Se que resulta fácil escribirlo y más difícil hacerlo. Pero si quieres puedes, depende de ti.      .- Estaría genial que te dedicarás un tiempo en la semana para hacer lo que te gusta y te apetece. Te lo mereces.                     
.- La perfección es relativa. Depende de lo que tú crees sobre lo que esta bien o mal. A veces, lo importante es entender que no todas las personas ven las cosas de la misma manera. La clave es vivir todo lo que haces como un proceso de aprendizaje.                                                                                                                                                                                      .- Fija objetivos realistas, retadores, pero alcanzables.
.- Planifica tus acciones y sé realista, no pretendas llenar tu agenda con tareas que no eres capaz de realizar.                                                                                                                                                                                                .- Lo que percibes como un problema no es más que el intento de una solución. Persevera con calma, dándote permiso para equivocarte.

Amigas, tienes muchos más recursos de los que piensas. Valórate. Eres importante. Confía en los demás, tu pareja… también tienen sus recursos y sus propios aprendizajes. Más importante que obtener el resultado es aprender en cada paso hacia lo que quieres. La vida es un gran viaje de aprendizaje.
¿Qué  estrategias has usado o usas para soltar poco a poco tu auto exigencia? Me encantaría que lo compartieras en los comentarios.

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