-Maestro -preguntó un estudiante-, me contaron ayer una historia que no comprendí muy bien. ¿Puede ayudarme a entenderla?

-Claro -contestó el maestro-. Cuéntame esa historia y veré qué puedo hacer para ayudarte.

-Había una vez -comenzó el estudiante-, tres hombres que soñaron con saltar desde lo más alto de la montaña, planear entre los riscos y aterrizar en el suelo sin sufrir daño. Los tres lo intentaron, uno a uno, pero todos se estrellaron contra la base de la montaña. Fue una pérdida terrible. Algunos que les vieron, sin embargo, dicen que el último de los tres, antes de chocar contra el suelo, iba riendo y llorando de felicidad.

-¿Y qué es lo que no entiendes de esta historia? -preguntó el maestro.

-Muchas cosas. Por ejemplo, ¿cómo es que el último de ellos, antes de chocar contra el suelo, se reía y lloraba de felicidad?

-Hay una diferencia abismal entre quien sueña y quien cree en su sueño. Para este último hombre, pese a su trágico final, su sueño se había cumplido.

-Pero no voló entre los riscos.

-Sí que lo hizo. Según tu punto de vista no, pero según el suyo, está claro que murió sintiendo ese vuelo. Lamentablemente, no cumplió la última parte de su sueño, ya que no aterrizó, obviamente, sin sufrir daño.

-Entonces, si incluso quien vive su sueño termina así, ¿de qué sirve soñar?

-Bueno, los sueños son necesarios para emprender un proyecto. Lamentablemente, estos hombres, incluyendo al tercero que vivió su vuelo como algo real, se dejaron llevar por la pasión y olvidaron lo más importante para conseguir el sueño.

-¿El qué maestro?

-Un plan de acción. Cualquier sueño puede ser convertido en un objetivo si lo concretamos en un plan de acción específico. Si no lo hacemos así, podemos terminar estrellándonos, aun cuando pensemos en estar cumpliendo con el sueño.

-Gracias maestro, ahora lo entiendo mejor.

-De nada. Ha sido un placer. Ahora, continuemos con lo nuestro.

Alumno y maestro saltaron desde lo alto de la montaña. Cualquiera que hubiera mirado, desde abajo, hubiera podido ver a dos hombres volar entre los riscos con sus parapentes, desafiando la gravedad y aterrizando, al fin, ilesos, con un sueño cumplido y unos cuantos más por cumplir.

¿Te ayudo a crear un plan de acción?

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